Cosa sobresaliente de la superficie.- Restivo parece decir solamente apenü olas, olaje; ondearse el agua, la mies & compañía. Guasch dice como binomio apenö, penö roncha, cardenal, equimosis. El doctor Carlos Gatti Battilana dice indistintamente peno, penü; y apenö; verdugones, y considera a todas formas arcaicas. Ortiz Mayans dice penö, apenö hinchazón, urticaria.; y apenü ondas, olas. Peralta y Osuna dicen penö, apenö. [apenü tiene su propia entrada, donde también se desarrolla apenö que es su variante contemporánea.]
She penü.
Tengo berdugones.
Mbarigui she mo penü.
Los mosquitos me causan ronchas.
A mo penü i nupämo.
Hícele verdugones con los azotes.
A ñe penü gui ñëe'ÿina.
Rascándome me he hecho ronchas.
Y penü guasu.
Y apenü guasu.
Olaje grande.
Y apenü mirï.
Olaje pequeño.
Y apenü o ñapymï ygàra.
Anegó el olaje la canoa.
Y i ñapenüngatú.
Hace mucho olaje.
I ñapenümbî.
Cesan las olas.
Nde'i y apenü pîgi rangë.
Aun no cesan.
[nde'i tiene su propia entrada, y por ello es una palabra autónoma, no una composición entre el coeficiente negativo nd y e'i -o si se quiere, su rango o categoría es de palabra autónoma-; y significa aún no, es decir que es una palabra negadora, y por lo cual el verbo pî cesar la completa con el gi, perfeccionándose así también como una proposición negativa identificada. Se hace esta observación porque en el guaraní, las frases u oraciones negativas, por regla, son fórmulas de proponer a la negación. Y la fórmula más usual es injertar los coeficiente de negación nd o n, a los pronombres personales para conjugar verbos, es decir a A, E, O; y la i -que suele aparecer con otras consonantes ajustables a la eufonía del caso, o surgidas de la propia palabra como es el caso de pî que originalmente es pig, pero, visto cómo han llegado estas palabras con g final al guaraní contemporáneo, esta antigua g final a lo sumo puede pretender un acento que suene a g, o que nos recuerde que sonaba a g- como parte final del verbo o predicado que se quiere negar.]
[nde'i tiene su propia entrada, y por ello es una palabra autónoma, no una composición entre el coeficiente negativo nd y e'i -o si se quiere, su rango o categoría es de palabra autónoma-; y significa aún no, es decir que es una palabra negadora, y por lo cual el verbo pî cesar la completa con el gi, perfeccionándose así también como una proposición negativa identificada. Se hace esta observación porque en el guaraní, las frases u oraciones negativas, por regla, son fórmulas de proponer a la negación. Y la fórmula más usual es injertar los coeficiente de negación nd o n, a los pronombres personales para conjugar verbos, es decir a A, E, O; y la i -que suele aparecer con otras consonantes ajustables a la eufonía del caso, o surgidas de la propia palabra como es el caso de pî que originalmente es pig, pero, visto cómo han llegado estas palabras con g final al guaraní contemporáneo, esta antigua g final a lo sumo puede pretender un acento que suene a g, o que nos recuerde que sonaba a g- como parte final del verbo o predicado que se quiere negar.]
Y apenü penü ñöte.
Está algo turbado el río.
I ñapenü ñü.
Ondéase la paja del campo.
Avati mirï yvytu o mo apenü.
El trigo se ondea con el viento.
She a i ñapenü.
Menéanseme los cabellos.
O a penümo òñä òhóvo.
Va corriendo tendidos los cabellos.
O mo ñapenü yvytu she rôga.
Háme descompuesto el viento mi casa.
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