Víbora.- Restivo idem Montoya. Tupä Kuchuvi Veve dice también mboói.- Guasch dice además ofidio, serpiente, culebra. El doctor Carlos Gatti Battilana dice que se han descrito cerca de 100 especies de ofidios en el Paraguay, de las cuales sólo 5 especies son de la familia Viperidae, es decir verdaderamente peligrosas, 5 -que tal vez, por sinonimia, se reduzcan a solo 3- especies son proteroglifas -los mbói shumbé o corales- venenosas pero poco religiosas y el resto son colubridos que, aunque algunos tengan glándulas venenosas, carecen de aparato inoculador y por ello no son peligrosas para el hombre, y boas carentes de toda glándula venenosa. Las serpientes, desde el punto de vista práctico, se dividen en no peligrosas y peligrosas. Las primeras pertenecen a la llamada serie aglifa, es decir iguales, sin canales, sin ranuras, es decir dientes que no permiten inocular una gran cantidad de veneno sino apenas el que contiene la saliva que los humedece; algunas de estas aglifas no tienen desde luego ni siquiera glándulas venenosas; otras como nuestro mbói pe sa'yju poseen una glándula parótida venenosa pero la cantidad del veneno que pueden inocular con sus dientes es tan pequeña que puede intoxicar a un pequeño reptil o ave, pero jamás al hombre. Su mordedura es a veces dolorosa y puede infectarse, pero fenómenos de intoxicación no se presentan. Y a la serie llamada opistoglifa, que si bien tienen glándula venenosa y un diente más desarrollado y provisto de una hendidura o grieta y con el que pueden inyectar ya una cantidad apreciable de veneno, este par de dientes es posterior, es el último par del maxilar superior, y dispuesto en tal forma que difícilmente con él puede la serpiente alcanzar al hombre. Estos dientes pueden morder solo a pequeños animales que entren en la boca del reptil. Entre las peligrosas se encuentran las llamadas proteroglifas que tienen dientes semejantes a los de las opistoglifas pero en la extremidad anterior del maxilar superior. A este grupo pertenecen muchas de las mas temidas serpientes del mundo. Felizmente las que corresponden a este grupo en el Paraguay -mbói shumbé- son poco o nada irritables y tan mansas que rarísima vez muerden al hombre. En cambio a este grupo, en Asia y África, pertenecen las temidas najas y mambas. Y por último vienen las solenoglifas -de la familia Viperidae que tienen los dientes con agujero central que se abre en la punta del diente y en la raíz comunica con la glándula venenosa, es decir un aparato inyector perfecto. Además este par de dientes está montado no sobre el maxilar sino sobre un dispositivo basculable que hace que los dos dientes salgan de la boca y que la serpiente no necesite morder para clavarlos sino simplemente imprimir a su cabeza un rápido movimiento de látigo e incrustar los dientes en la víctima con una rapidez increíble y sobre cualquier superficie, por lisa que ésta sea. En realidad no muerden sino clavan los dientes. Por eso estas víboras dejan sólo dos pequeños agujeros en el lugar de la inoculación mientras las descritas anteriormente, cuando muerden dejan la marca correspondiente a dos hileras de numerosos dientes. A este último grupo pertenecen, en el Paraguay, 4 Bothrops; 3 jarara y la kyryry'ô; y 1 Crotalus -mboishini-. Para reconocer estos distintos grupos nada más sencillo que matar la serpiente sin lastimar la cabeza. Abrirle luego cuidadosamente la boca y fijarse en el maxilar superior, si todos los dientes de este maxilar son iguales, uniformemente pequeños, se trata de una boa o de una aglifa, si hay un par mayor de dientes en la parte más posterior de este maxilar superior, es una opistoglifa, que tampoco es peligrosa; si el par de dientes es anterior y está fijo en el maxilar, es una proteroglifa -fácil de reconocer por sus colores -mbói shumbé-; si este par de dientes mayores está aplicado contra el paladar y mirando hacia atrás, y se lo puede bascular hacia adelante con un palito, es decir si los dientes mayores no son fijos, es una de las peligrosas solenoglifa. Se aplica (también) este nombre a los colubridos que no han recibido un nombre propio porque carecen de alguna característica que permita su identificación, como Apostolepis dorbignyi Chal., Atractus reticulatus Bigr., Dimades plicatilis L., Dryophylax pallidus L., D. punctatissimus Wagl., Himantodes cenchoa L., Leptodeira anulata L., Lystrophis histricus Jan., Paroxyrhopus reticulatus Schenk, Pserudoboa rustica Cope, todas aglifas u opistoglifas. Ortiz Mayans dice además sierpe, reptil. Peralta y Osuna dicen además áspid.
Tupä Kuchuvi Veve :
Tupä Kuchuvi Veve :
Mbói ymä.
La serpiente originaria.
Mbói táigué.
Veneno de víbora.
Mbói o je pirô àra pyau o jèupityvyvé i poachyanguä.
La víbora cambia de piel al alcanzarse la primavera para que su veneno sea potente.
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